De naturaleza violenta
El primer largometraje del director Crish Nash se encuentra en nuestras salas de cine. De naturaleza violenta es y a la vez no es lo que parece. Ante nosotros, todos los elementos de un Slasher clásico, género que arrasó en los 70 y 80 con sagas como las de La matanza de Texas, Halloween, Viernes 13… y en el que Wes Craven supo imprimir un nuevo barniz en los años 90 con la saga Scream. Hagamos memoria. Las características comunes a todos los Slasher (subgénero destacado dentro del cine de terror) suelen ser las siguientes: tenemos un asesino psicópata (puede poseer elementos sobrenaturales o no) que busca venganza de aquellos que en un momento dado lo humillaron o maltrataron. El monstruo, como armas, utiliza su fuerza bruta acompañada de cuchillos, grafios, motosierras o machetes. Es decir, maquinaria de andar por casa. No nos olvidemos que, en general, una máscara cubre su rostro. ¿Quiénes suelen ser sus víctimas? Generalmente quienes sufren las ansias del sanguinario carnicero son jóvenes adolescentes que pasan unos días de fiesta en el bosque, entre escarceos amorosos y consumo de drogas. Los adultos, en los Slasher, siempre tienen papeles secundarios. Por último, tenemos a la “final girl”, la única joven que logra llegar hasta el final de la aventura y se enfrenta cara a cara con el asesino. Ella es la única espabilada del grupo de adolescentes y la única que percibe los peligros, haciéndose cargo de la situación.
De naturaleza violenta comparte cada una de las citadas características. La novedad, en esta ocasión, es que lo que van a ver nuestros ojos es una cara b de los susodichos títulos. El punto de vista que elige el director es justo el contrario al que estamos acostumbrados. Viajaremos, asesinato tras asesinato, junto al “psichokiller”; bien pegaditos a él. Recorreremos juntos cada uno de los 90 minutos de la película. Este nuevo punto de vista cambia radicalmente la propuesta.
Primera escena. Somos testigos del renacer de la bestia. Se despierta de un largo letargo debido a la majadería que han realizado los jóvenes de turno. A ellos los escuchamos fuera de plano. Tienen conversaciones entre divertidas y estúpidas propias del género. Pero no, esta vez no estamos con ellos. Viajamos a la espalda del homicida. Avanzamos junto a él con sus pesados pasos (este hecho se puede hacer un poco tedioso, sobre todo al comienzo de la película, pero no deja de ser un recurso original y peculiar) y llegaremos así al campamento de la chavalada para ser testigos de la matanza. Nunca, esta historia mil veces contada, la habíamos visto de este modo.
En los Slasher, generalmente, el terror, el miedo, nos llega por sorpresa. Compartimos estancia con los niñatos de turno, reímos sus gracias y “¡zas!”, de una manera u otra aparece el psicópata por donde menos te lo esperas para consumar el asesinato y darnos, a nosotros, un buen susto. De naturaleza violenta no juega a eso. Nosotros, esta vez del otro lado de la historia, observamos al monstruo, aunque sea lento, torpe y feo es mucho más “profesional” de lo que pueda parecer en un principio. Veremos la extraña vida que lleva, marcada por su insaciable instinto criminal. Nos sorprenderá con elaboradas tácticas de caza humana, ensayadas y bien elaboradas después de tanta práctica. ¿Dónde se encuentra entonces el terror? En su crudeza. El director, cuando el asesino consuma sus actos, nos presenta la escena en cámara fija, de una forma absolutamente naturalista que genera angustia en el espectador, aderezado con un mayúsculo gore pocas veces visto en salas de cine convencionales.
De naturaleza violenta me ha parecido un film muy original. La tensión se genera muy poco a poco y nos ofrece un punto de visto nuevo; rompedor. Su narrativa, en ocasiones, se parece mucho a la de los videojuegos en primera persona, donde seguimos al protagonista y escuchamos las conversaciones de los secundarios fuera del campo de visión. Esos diálogos en segundo plano nos cuentan la historia, pues evidentemente el monstruo no habla. Hay algo peculiar en la película que nos lleva a sentir lástima por semejante bicho. El director sabe generar muy poco a poco su mitología y los espectadores que tengan paciencia y no desesperen por el, en ocasiones, tedioso ritmo, la van a disfrutar.
De todas formas, de informar que De naturaleza violenta es una película con un alto grado de violencia. Tiene escenas realmente fuertes no aptas para todos los estómagos. Añadir que la película nunca va en la línea de lo que el espectador se espera. Yo lo valoro, pero entiendo que pueda decepcionar a muchos jóvenes que acudan a las salas en busca de una película frenética, llena de ritmo, entretenimiento y diversión. Su hiperrealismo hace que la propuesta se mueva en terrenos diferentes. Sin duda, es para muy cafeteros, para quienes deseen acercarse a un proyecto humilde pero muy original el cual innova un subgénero que parecía agotado de tanto uso.
Yo no esperaba nada de ella y la he disfrutado. Tiene imperfecciones, sobre todo con el ritmo, pero sin duda muchos más puntos a favor. Sin duda una película a tener en cuenta, así como uno de los mejores estrenos de terror de este 2024.
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