M. Salió de Sant Louis,
Senegal, con una única idea, mejorar las perspectivas de vida que
tenía en el lugar que le vio nacer. Su país ve como la pesca,el
recurso natural del que dependen miles de familias, se lo adueñan
multinacionales foráneas lo cual hace empeorar la vida de los
nativos del lugar.
Senegal está inmerso en
un continente que sufre las consecuencias de cientos de años de
secuestros y esclavitud. Otro de los hechos que aclara el bajo
desarrollo de África, fue la cruel colonización tramada en la
Conferencia de Berlín (1885) por parte de los estados europeos,
los cuales, indecentes, pusieron de excusa para la entrada en el
continente, la liberación de focos de esclavitud que ellos mismo
habían fomentado, trazando nuevas fronteras donde diferentes
nacionalidades, de repente, compartían estado. Hecho sin duda
característico de los estados occidentales, liberar los pueblos a
costa de ellos.
M llegó a nuestra comarca
con los papeles en regla y durante casi un año desempeña un
trabajo en la hostelería local, pero la crisis, doble en una
comarca inmersa en ella eternamente, le manda al paro y al mantenerse
de forma prolongada sin actividad laboral regulada, hace que pierda
su tarjeta de residencia.
Esta nueva situación en
irregularidad lleva a M a comenzar una nueva vida donde es
considerado un "sin papeles".Todo esto desemboca en la vida
"del miedo". Miedo a ser perseguido, a ser expulsado, miedo
a entrar en un centro de internamiento para extranjeros y el último
de los miedos: a ponerse enfermo.
La penúltima de las
reformas llevadas a cabo por el Partido Popular nos hace perder
nuestra joya más preciada y que, junto a una educación pública,
garantizan un mínimo de oportunidades al desarrollo personal, se
tenga la condición social que se tenga, la sanidad pública y
universal.
Las personas que no tienen
en la actualidad la documentación en regla pasan a tener una
atención sanitaria mínima, es decir, no pueden acudir a la atención
primaria para el seguimiento de una enfermedad, sino que tan sólo
pueden acudir a urgencias, previa firma de un documenta que obliga a
la persona enferma , en caso de obtener ingresos en el futuro, a
abonar la factura.
Por cierto, Urgencias,
como denuncia el Foro Gallego de Inmigración, desde hace tiempo
pasó a ser uno de los lugares escogidos para la policía donde
buscar y detener personas "sin papeles", de la manera más
racista posible, mediante la identificación por el color de la piel
de las personas.
Tras el batacazo que
supone la reforma de la sanidad pública, vivimos en una sociedad de
clases tremendamente marcada donde la población inmigrante es la que
paga, de manera más abusiva, los platos rotos de un sistema
económico/político que juega al monopoli con cifras que no
considera como personas.
M no se rinde. Para un
ciudadano senegalés tan sólo hay una humillación mayor que la
falta de trabajo, pedir limosna y, por ello, se adentra en el mundo
de la venta ambulante que, aunque de un margen de beneficios mínimo,
le ayuda a sobrevivir.
La desprotección
sanitaria a la que se ven abocados ciudadanos como M es antes de
nada, anticonstitucional, vulnera los derechos humanos en uno de los
apartados más básicos, obliga a los profesionales de la medicina a
incumplir los principios básicos de su código de-ontológico: "El
médico debe atender con la misma diligencia y solicitud a todos los
pacientes, sin discriminación alguna" y , sin duda, viola la
condición de iguales de unas personas que, como nosotros mismos,
buscan caminos para prosperar y lograr un proyecto vital con mejores
condiciones.
Ante un presente tan
complicado, mi amigo M, sentencia: "Si supiésemos que Europa
era así , no venimos".
En la
actualidad se acaba de formar en Ferrol el Colectivo Sin Papeles
Ferrol, destinado a la protección de personas en situación
irregular y denunciar abusos de corte xenófobo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario