miércoles, 8 de enero de 2025

Mañana será otro día. Capítulo 51: Heretic.

 

Heretic

Dos muchachas mantienen una conversación sentadas en un banco del parque. Hablan de los condones “Magnun”. Se preguntan si son o no tan grandes como los normales.  Eso es lo que dice su publicidad. Se replantean la influencia de marketing en todo lo que les rodea. Si a ellas, cuando eran niñas, les hubiesen contado que el libro del mormón era falso… ¿se habrían creído semejante barbaridad? Son dos jóvenes mormonas en misión. La otra le dice que a veces la publicidad, lo que cuenta la gente, no es falso. Afirma que los condones “Magnun” son para hombres con trompa de elefante por pene, que se lo ha contado su hermana. Allí, sentadas en el banco, hablan entonces de la fe. Una de ellas comenta que un día vio un vídeo porno amateur. La pareja que estaba teniendo sexo frente a la cámara era descubierta por lo que parecía la madre de la chica. En la joven pudo ver la vergüenza, el pánico, el horror…. La joven mormona, al ver el rostro de la muchacha del vídeo, observó como perdía el alma en un momento. En aquel preciso instante, nos cuenta, pudo comprobar que Dios existe y la seguridad de que todos tenemos alma. Recibió, con un cutre vídeo porno amateur, una confirmación divina. Entonces le pregunta a su interlocutora cuando encontró ella su fe. Ella le responde que nunca había pensado en eso. No importa, le dice. Sabes que es cierto y eso es lo importante.

Esta conversación, justo al principio de la película, resume, de alguna manera, lo que vamos a presenciar en el film. ¿Por qué somos o no creyentes? ¿En qué se basa una religión? ¿Cuánto hay de impostado en ellas de los defectos de los hombres? ¿Son tan perfectos los guías que las representan? Las dos jóvenes se encuentran en misión de captar fieles para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días, es decir, la iglesia mormona. Aquí, en España, los vemos a menudo, desde hace décadas, también en parejas, pero da la sensación de que a las misiones extranjeras van siempre varones. Estas jóvenes (las dos actrices que les dan vida tuvieron formación mormona en su infancia y este hecho se percibe desde el principio, pues saben perfectamente cómo afrontar sus papeles) van casa por casa, vecino por vecino, buscando a quien bautizar. Así llegan a la casa del Señor Reed, interpretado por un extraordinario Hugh Grant, que va a hacer de todo menos conquistarlas. Una vez dentro de la casa, no hay más protagonistas. Solamente los tenemos a los tres, teniendo conversaciones de teología y rebatiendo ideas como si se tratase todo de una complicada partida de ajedrez. Ante nosotros, sin llegar a hablar de terror, una tremenda capa de “mal rollismo” potenciada por el actor británico, anteriormente encasillado en papeles románticos. Heretic nos pone en la piel de estas chicas. Muy pronto descubrirán dos asuntos: el primero es que están junto a una especie de Hannibal Lecter, un hombre que se antoja tan terrible como tremendamente culto y refinado. Este no hará otra cosa que instigarles a que se planteen, una y otra vez, su fe y la necesidad, o no, de las religiones que conviven junto a nosotros. El segundo asunto que pronto percibirán es que la casa de este inquietante hombre es un auténtico laberinto en el que parece no haber salida.

Heretic es un interesante filme dirigido por Scott Beck y Bryan Woods, directores de La casa del terror y 65, pero más conocidos por ser los guionistas de las tres partes de Un lugar tranquilo. Si la premisa está bien llevada y las dos jóvenes mormonas interpretadas por Sophie Thatcher y Chloe East están realmente bien, decir que la película gana enteros gracias a la gran interpretación de Hugh Grant. Da gusto verlo absolutamente volcado en un papel lejano de su zona de confort, creyéndose el tétrico personaje que representa. Durante los últimos años ya lo habíamos encontrado en papeles que se salían de la comedia romántica y en ellos, a los amantes del cine, nos había sorprendido para bien. Hablo de las interpretaciones en las películas de Guy Ritchie, The Gentlemen junto a Matthew McConaughey, o Operación Fortune donde compartía escenas con Jason Statham. También lo pudimos ver en la serie The Undoing, junto a Nicole Kidman. En esta serie dirigida por Susanne Bier (Un mundo mejor, Hermanos…) hacía un trabajo donde, sin llegar a ser tan oscura como Heretic, nos regalaba un papel lleno de tensión y misterio.

Heretic es un film que funciona. Nos mantiene en tensión durante todo su metraje. Este juego a tres nos resulta interesante y, a pesar de que en la resolución se abre un submundo que pide a gritos mayores explicaciones, siempre la disfrutamos. Además, da gusto encontrarnos en nuestras carteleras a actores y actrices que vivieron, durante décadas, absolutamente encasillados en determinados papeles y que ahora, en su madurez, deciden dar saltos de altura, sin red debajo, sabiendo que ya nada tienen que perder. Hoy lo decimos de Hugh Grant, pero hace unos meses hablábamos de Demi Moore en un papel increíble, muy lejos de sus registros habituales, en la impactante The Substance.

Heretic, interesante y entretenida película para disfrutar de sus sugerentes diálogos y sus mejores interpretaciones.

 

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