domingo, 31 de marzo de 2024

Mañana será otro día. Capítulo 11: Radical.

 

RADICAL

Algunos de los significados de la palabra radical en la Real Academia de la lengua: 1) Perteneciente o relativo a la raíz. 2) Fundamental o esencial. 3) Total o completo. Cambio radical. 4) Partidario de reformas extremas.

El gran pedagogo Paulo Freire (1921- 1997) dijo en su momento: Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción.

Sergio Juárez; maestro, acaba de aterrizar en una escuela de Matamoros, ciudad mexicana fronteriza a Texas, Estados Unidos. Elige este destino, lleno de dificultades, después de toda la vida dedicada a la enseñanza. Esta experiencia le hace ver que o se intenta dar la vuelta al sistema educativo, o su papel en este es un mero trámite en el porvenir marcado para los infantes que pueblan su aula. El maestro entiende por fin, ya cercano a los 60 años, que si pretende realmente aportar algo a su alumnado, debe de ser radical en las formas y en el fondo de su pedagogía. Debe cambiarlo todo.

El film mexicano del director nacido en Kenia Christopher Zalla da en el clavo en cuanto a las críticas ofrecidas a un sistema educativo en el que nos encontramos embarrados década tras década. Las aulas de nuestros niños se parecen demasiado a las de hace cien años (se dice el protagonista y me repito yo). Espacios cerrados donde se amontonan alumnos durante una cantidad desmesurada de horas del día sin apenas poder moverse. El profesorado habla y el alumnado escucha. Los contenidos a dar, amplísimos, cerrados en rígidos espacios temporales y marcados por pruebas que no demuestran ni quién es el que más sabe, ni quién ha aprendido. Encumbran, sin más, al que mejor ha memorizado el contenido. Evidentemente, quien más lo paga, será quien tenga menos recursos en sus casa. Quienes vivan en la precariedad, como lo hacen los niños de esta bella cinta mexicana, salen en negativo en la línea de salida de las oportunidades. El maestro Sergio Juárez, con toda su energía, intentará dar la vuelta a esta situación.

La cinta está maravillosamente interpretada por el cómico Eugenio Derbez, en la onda de otros humoristas/actores como Robin Williams o Roberto Benigni. El personaje que interpreta peleará por romper todas las murallas de un sistema caduco, aburrido, que hace que los maestros pierdan, según pasan los años, la ilusión en su tarea. “Los niños de esta generación no son los de antes”, le dice el director de la escuela. “Somos nosotros los que no somos los mismos; los niños son siempre niños”, le replica él. También escuchamos eso tan dado en quien trabaja con menores: “Ese alumno ya está sentenciado”. Esta frase, sin duda, justifica la ausencia de iniciativas ante los pequeños y no es otra cosa que una forma de aliviar la conciencia del que la dice. Siento tristeza cuando escucho algo así. Si hay un niño con el doble de problemas, doble esfuerzo el que debemos de invertir en él. Si no creemos en los niños... ¿En qué vamos a creer?

Juárez, el primer día de clase, romperá el espacio del aula. Cada uno se sienta donde quiere. Igualmente aniquilará los horarios fijos de 55 minutos los cuales convierten a maestros y a su alumnado casi en máquinas. El aprendizaje no entiende de tiempos. Todo el marco teórico lo pasará a la práctica. Bueno, más bien, lo harán los protagonistas del acto educativo, los alumnos. Ellos decidirán qué aprender a partir de su curiosidad, a partir del interés generado. Pondrá en bandeja a los pequeños, sin duda, la mejor de las herramientas con la que podrán contar en sus vidas: el pensar, el razonar, el dudar sobre lo que se presenta ante ellos. Les ayudará a plantar las semillas de la curiosidad. Según comienzan a germinar, no hay quien las pare.

La película de Zalla, basada en hechos reales, a partir del artículo de prensa de 2013 "Una Forma Radical de desatar una generación de genios" de Joshua Davis, funciona en todo momento. Te la crees. Tanto cuando aparece en pantalla Eugenio Derbez, descolocando a su alumnado con sus propuestas, como cuando aborda temas delicados en cuanto a la vida de los estudiantes fuera del aula, en su día a día. Los niños, todos, están realmente bien.

El filme, aun siendo tratado desde la estructura clásica de maestro salvador y alumnado despertando de una larga siesta, se toma muy en serio.  En cada uno de los matices del complicado y complejo tema abordado, demuestra que hay mucho apoyo de profesionales del sector aportando su visión y una certera crítica al sistema educativo.

Dentro de nuestras escuelas, conviviendo entre un profesorado desmotivado y muchas familias que piensan que gestionar un aula es como llevar a sus hijos en casa (y que ser padre convalida con ser maestro de escuela), se encuentra un profesorado que, como el protagonista de nuestra película, Sergio Juárez, intenta dar la vuelta a un sistema educativo caduco, que además de aburrido, es clasista. A ellos, no les importa parecerse a Don Quijote y luchar contra rígidos y estancados molinos de viento. Ayudan, porque es lo lógico, a los menos favorecidos. Se fijan en su potencial, no en su problemática. Saben que las pruebas teóricas apenas sirven de algo y que el aprendizaje, el acto educativo, es otra cosa. En ocasiones se parece una barbaridad a la magia. Sin caer en el desánimo, sueñan con una escuela mejor, más justa, más igualitaria, más versátil… La educación no cambia al mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo.

Saliendo del cine pensé en otro título relacionado con el mundo de la enseñanza que me impresionó y que recuerdo con dulzura: Merlí y los peripatéticos (2015-2018). Serie catalana en la que el profe Merlí (maravilloso Francesc Orella) nos enseñaba filosofía, capítulo tras capítulo, de forma magistral.  Merlí, al igual que el protagonista de Radical, es de los maestros que apuestan, día sí, día también, en los diminutos ojos que se enfrentan a los suyos siempre con la misma pregunta: ¿Qué vamos a aprender hoy?

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