Descubriendo “O Segredo da Frouxeira”
Bajo nuestros pies, aún por descubrir y rescatar, se encuentra parte de nuestra historia. Hechos que nunca hubiésemos querido que ocurriesen y que, mucha gente, sigue empeñada en ocultar, permanecen ocultos en diferentes fosas comunes.
La recuperación de la memoria histórica se hace imprescindible para conocer la parte de la Historia que el franquismo quiso aniquilar. Aquella en la que sus protagonistas pagaron en tantas ocasiones, con su vida o con el exilio, por el justo motivo de defender ideas democráticas y de progreso.
El viernes tres de diciembre, tuvimos la posibilidad de acudir en Ferrol, en un teatro Jofre totalmente abarrotado, al estreno del documental “O Segredo da Frouxeira”, el cual se emitirá próximamente en Televisión de Galicia. El documental recupera la historia de Alejandro Porto Leis, último alcalde republicano de Serantes, ayuntamiento que posteriormente, en 1940, se anexionó a Ferrol y de los tres compañeros que le ayudaron en su huída ante el acoso de las fuerzas franquistas: Modesto del Río, Avelino Landeira y Xesús Miño.
El alcalde, a partir del levantamiento militar de Francisco Franco, huye durante dos años por parroquias cercanas buscando refugio y protección, ante la amenaza del ejército, empeñado en acabar a fuerza de pistola, con cualquier vestigio del gobierno republicano que hasta el año 36, dirigía democráticamente España.
En su huída Alejandro Porto Leis encontró refugio en las casas de Modesto del Río, Avelino Landeira y Xesús Miño. Personas que por su compromiso ideológico y humanitario, protegieron a Porto Leis. Tristemente, cierto día, el antiguo alcalde, aquejado de graves problemas físicos, acude a un médico, el cual le traiciona y le delata a la guardia civil. En la declaración que hace ante ésta, tras un duro interrogatorio donde es torturado, (hecho que atestigua la sangre encontrada en la declaración firmada por el alcalde) Porto Leis confiesa los nombres de las personas que le acogieron y ayudaron a su supervivencia. El 2 de Febrero 1938, los cuatro protagonistas fueron “paseados” y enterrados en la playa de A Frouxeira (Valdoviño).
La imagen de Alejandro Porto Leis, fue desprestigiada por la dictadura franquista, intentando ponerle a él como culpable de la muerte de sus tres compañeros. El documental, recupera su figura y pone en su sitio a sus cuatro protagonistas asesinados, todo hilvanado a partir de los comentarios de sus familiares, los cuales reconstruyen las vidas de sus antepasados y nos cuentan como cambian sus existencias a partir del triste desenlace. Una de las hijas del regidor dice, notablemente emocionada: “Me han quitado la vida que debía llevar. Tengo una vida que no me corresponde”.
Xosé Abad, dirige con maestría este emotivo documental a partir de las aportaciones de los familiares y de Enrique Barrera, historiador que pertenece a las asociaciones Memoria Histórica Democrática y a la Asociación Cultural Fuco Buxán, organizaciones colaboradoras de este proyecto. Enrique Barrera es uno de los promotores de la iniciativa y durante todo el documental nos va dando las claves para comprender la situación que se vivía en la comarca, en pleno proceso golpista. Nos cuenta que, con este tipo de trabajos, es imposible que se reabran viejas heridas, (argumento tantas veces utilizado por la derecha española) pues éstas nunca llegaron realmente a cerrarse. “Todos los movimientos que se llevan a cabo con la idea de recuperación de memoria histórica, contribuyen a cerrarlas definitivamente, porque los familiares de las víctimas de la represión franquista, la de tantos asesinados, no van a finalizar sus historias si no se dignifica la figura de sus familiares. Bien diferente, es el hecho de que estas críticas surjan, en muchos casos, de una derecha que tiene lazos familiares con la dictadura franquista. Lógicamente, a esta parte, molesta que este tipo de iniciativas afloren, porque ese mensaje en el que sostienen que la dictadura franquista no fue sangrienta, sino un periodo autoritario, se vienen abajo cuando salen a la luz este tipo de hechos junto a la naturaleza criminal de la dictadura. Sin duda, no hay revancha en las familias de los represaliados. Lo realmente imprescindible es decir la verdad. Mientras no se haga, las heridas seguirán abiertas”.
Xosé Abad, después del intenso trabajo realizado durante año y medio, dice que recibió “una lección de dignidad de los familiares de los fallecidos, los cuales nunca tuvieron ánimo de venganza. Los familiares de las víctimas saben que los culpables de estos hechos no son los hijos, ni los nietos de los torturadores. Ellos, simplemente, buscan la verdad”.
Aquí, el que escribe, tuvo la oportunidad de colaborar, junto a la compañía de teatro “Bartoleta Teatro”, en la grabación de la parte de ficción del documental, en la cual se recrea el asesinato y posterior entierro en “A Frouxeira”, de los cuatro protagonistas. Simplemente atestiguar la profesionalidad y la capacidad de trabajo de Xosé Abad y de su equipo, en un compromiso que, indudablemente, va mucho más allá de la recreación de un hecho histórico. Este proyecto va impreso de una carga emocional para todos los que participaron en él y en especial, para los familiares de los fallecidos, los cuales reviven unos hechos que nunca debieron suceder y que marcarían sus experiencias vitales para siempre. También comentar la laboriosidad que hay detrás del rodaje cinematográfico. Lo que en el documental es reflejado en no más de cincuenta segundos, fueron doce horas de rodaje que nos hacen ver el duro trabajo que supone tanto el grabación, como el posterior montaje del mismo. De todos modos, al visionarlo, sólo cabe decir que el trabajo milimétrico en el que se mueve el equipo de Abad, ha merecido la pena.
Cabe destacar, en el visionado del documental, el encuentro de las familias de los fallecidos. Por primera vez, y ante las cámaras, los descendientes se reúnen para hablar de los acontecimientos que marcaron sus vidas. Lo hacen sin ningún tipo de rencor, en otro momento histórico diferente al que vivieron sus allegados, con el único afán de dignificar a los suyos e intentar valorar ese futuro que a ellos y al resto de los españoles, se les negó a golpe de pistola. El país que no pudo ser se refleja en sus conversaciones, siempre con una mirada de futuro que en todo momento refleja esperanza.
“O Segredo da Frouxeira” abre un interesante panorama en el cine documental gallego, el cual coloca esta producción a la vanguardia del cine de la memoria histórica. Esperemos que este sea tan sólo el primer paso. Nuestra generación y las venideras deben tener la posibilidad de conocer historias como la narrada en el documental, donde los protagonistas son seres humanos reales que, como tantos otros, pagaron con su vida el poseer ideales tan nobles como la justicia.
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